De Casillas al Puente Nuevo

Embarcamos en el salto de Casillas, junto a la antigua central hidroléctrica (durante las primeras décadas del s XX, fue la que suministró electricidad a Córdoba) construida sobre un molino con referencias históricas desde el s XV.
Aunque hoy no lo incluimos en la travesía, apenas a 100 metros —aguas abajo— enmarcaba nuestra salida la impresionante silueta del puente Abbas Ibn Firnás, proyectado por el ingeniero José Luis Manzanares, en servicio desde 2011. Abbas Ibn Firnás también fue ingeniero y, en el s IX, fue la primera persona que voló, cuando se lanzó desde la torre de la Rusafa con unas alas de seda y plumas.
Navegamos río arriba 1’5 km hasta alcanzar el puente de Andalucía (el puente de la Ronda de Poniente, inaugurado el día de Andalucía de 2004 con proyecto del ingeniero Javier Manterola) y continuamos otro tramo de distancia similar hasta el puente de San Rafael, el que, para muchos cordobeses, siendo el Puente Nuevo. Inaugurado en 1953, fue la primera pasarela que se construyó sobre el Guadalquivir en Córdoba desde el s I.
Las obras de construcción de este puente obligaron a demoler el azud de Alhadra, la barrera que conducía el caudal del Betis hacia los tres molinos que se levantan en este tramo. El más próximo a la orilla izquierda es el de San Lorenzo (también llamado molino de Salmerón, del Duende y de Hierro) de probable origen islámico, a principios del siglo XIX funcionó como fábrica de papel.
Está unido al molino de San Rafael, el más moderno de los tres (lo construyó Lorenzo de Basabru —propietario del molino de San Lorenzo en el s XIX— también como molino de papel) y el mejor conservado.
Intentamos acercarnos al tercero de los edificios, pero la vegetación nos impidió alcanzar el molino de la Alegría, en la margen derecha del río.
Aunque el aspecto actual de este lugar nos parece especialmente frondoso, hay que recordar que el nombre que los musulmanes dieron a este entorno («alhadra») significa «verde». Por alguna razón sería.
De regreso, pasamos -de nuevo- junto a la isla de las Esculturas (donde —entre la maleza— se esconden las doce obras del I Simposio Internacional de Escultura celebrado en 2004), el Real Jardín Botánico, el IFAPA, los restos del Pescódromo y las naves de los polígonos industriales de la Torrecilla y Amargacena. Muchos puntos de interés en un tramo que no solemos frecuentar y donde nos comprometemos a regresar pronto.

Hay fotos de la travesía en este enlace.

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