En esta ocasión, los amigos del club de piragüismo Viento Sur, de Palma del Río, nos invitaron a navegar con ellos por su zona habitual de paleo y -¡cómo no!- allí que nos fuimos.
Embarcamos junto a los pilares del antiguo puente, en la margen derecha del Guadalquivir. El Puente de Hierro se construyó entre 1884 y 1885 para sustituir a uno de madera que había inaugurado Isabel II apenas veinticinco años antes, cuando estrenó la línea del ferrocarril Córdoba-Sevilla en 1862; desde 2008, el puente Reina Sofía ha reducido el tráfico de esta pasarela, convirtiéndola casi en peatonal.
Desde este punto, nos dejamos caer río abajo, por un Guadalquivir ancho y tranquilo. Poco más de dos kilómetros después nos encontramos la desembocadura del río Retortillo, que drena las tierras de la margen derecha desde Hornachuelos y cuyo cauce es frontera natural entre las provincias de Córdoba y Sevilla, entre el Parque Natural de Hornachuelos y la Sierra Norte.
Aunque la afluencia del Retortillo nos invitaba a explorar sus aguas, decidimos dejar esta ruta para otra ocasión y continuar la travesía. Un kilómetro y medio aguas abajo, llegamos a la desembocadura del Genil.
El río Genil (el Singilis de los romanos; el Uad al-Sinyil de los árabes) es, por su longitud, el séptimo río más largo de la península. Junto a Palma del Río termina un recorrido que comienza 360 kilómetros antes en el Mulhacén (Sierra Nevada), cruza Granada, Loja, Puente Genil y Écija (entre otros municipios) y se remansa en el embalse de Iznájar (entre otros pantanos).
Pudimos remontar el Genil un par de kilómetros, hasta una zona en la que el cauce se volvió pedregoso y el escaso caudal nos invitó a volver las proas para emprender el camino de regreso.
De nuevo en el Guadalquivir, antes de buscar el punto de embarque nos acercamos a la presa de Peñaflor, un gigantesco azud que desde 1983 regula las aguas y los riegos del Bajo Guadalquivir. Junto a esta presa nace el «Canal de los Presos» (oficialmente, Canal del Bajo Guadalquivir), una conducción hidráulica de 160 kilómetros construida a pico y pala por presos políticos entre 1940 y 1962.
Cumplida la visita, regresamos al lugar del embarque para completar una travesía de algo más de trece kilómetros.
Un gran día de piragüismo con los compañeros de Viento Sur, y el compromiso de volver para explorar nuevas rutas.
Las fotos de la travesía están en este enlace.