Los ríos Odiel y Tinto abrazan la ciudad de Huelva y brindan innumerables atractivos a los aficionados a los deportes náuticos. Para disfrutar de ese magnífico entorno, acudimos a las Jornadas de Convivencia de Kayaks de Mar, organizadas por el Real Club Marítimo de Huelva.
Aprovechando la marea alta, embarcamos el primer día (el sábado) en la playa del Marítimo, a apenas 700 metros de la punta del Sebo, aunque, en esta primera travesía navegamos río arriba.
Enfilamos hacia la isla de Bacuta, en las Marismas del Odiel, y remontamos hasta cerca del puente de Santa Eulalia. Desde allí volvimos las proas para dejarnos caer, aguas abajo y por la margen izquierda del río, primero junto al muelle de Levante y después a la sombra del muelle de Mineral de la Compañía Ríotinto, una espectacular construcción levantada por George Barclay Bruce y Thomas Gibson (discípulos de Gustave Eiffel) en el último tercio del s XIX.
Ya en el muelle de los Gabrieles, nos detuvimos ante la nueva Fuente de las Naciones y desembarcamos en el restaurante Monajuana, donde nos esperaba un refresco y unos minutos de descanso antes de enfilar el último tramo, en busca de un reconstituyente almuerzo de hermandad.
Dedicamos la tarde a la convivencia con los compañeros de travesía, de Jaén, Granada, Cádiz, Sevilla, de Palma del Río y Hornachuelos y, por supuesto, de Huelva. El programa del sábado se completó con paseos en velero y en zodiac por la bahía y una demostración de esquimotaje de los amigos de Nautilus.
La ruta del domingo partió del mismo lugar y nos acercó, esta vez aguas abajo, hasta los lugares colombinos. Después de rodear la punta del Sebo (el lugar en el que se encuentran los dos caudales) y cruzar bajo el puente del río Tinto, nos adentramos hasta Palos de la Frontera, la cuna del Descubrimiento (de este puerto partió la expedición de Colón el 3 de agosto de 1492) y desembarcamos junto al monasterio de La Rábida y el muelle de las Carabelas, donde se encuentran las réplicas de la Santa María, la Niña y la Pinta.
Ya de regreso volvimos a poner pie en tierra junto al monumento a la Fe Descubridora, el colosal tributo a Colón (37 metros de altura) que diseñó Gertrude Vanderbilt Whitney en 1929 por encargo de la Columbus Memorial Foundation.
En resumen, un inolvidable fin de semana en el que disfrutamos de nuestro deporte en la mejor compañía, en un enclave de enorme riqueza natural, patrimonial y paisajística.
Volveremos.
Hay fotos de la actividad en este enlace