La Cañada Real de la Mesta cruza el norte de la provincia de Córdoba desde el puerto del Mochuelo, en Torrecampo, hasta la aldea de La Coronada (Fuente Obejuna) después de atravesar El Guijo, El Viso, Hinojosa del Duque, Valsequillo y La Granjuela. Por esta cañada y por su red de caminos y veredas transhumaba el ganado desde los campos de Castilla y León hasta las dehesas de Los Pedroches y Extremadura.
Los rebaños que utilizaban esta colada cruzaban el río Guadamatilla por un vado al noroeste de El Viso. En aquel lugar se inauguró en 2006 una presa con el objetivo de embalsar agua y dar de beber a los municipios de las comarcas de Los Pedroches y el Valle de Alcudia, en el sur de Ciudad Real.
Hoy el embalse de La Colada inunda más de 560 hectáreas de los términos municipales de El Viso, Belalcázar e Hinojosa del Duque. Es un pantano pequeño, de apenas 58 hectómetros cúbicos de capacidad (frente a los 930 Hm3 de Iznájar, los 823 Hm3 de La Breña o los 327 Hm3 del Bembézar) y poco más de siete kilómetros de longitud. Recoge las aguas del río Guadamatilla (que nace en Hinojosa y vierte sus aguas en el Zújar a poco más de dos kilómetros de la provincia de Badajoz), de su afluente el Guadarramilla (que le entrega su escaso caudal cerca ya del dique) y de la red de arroyos que hieren la cuenca. Se integra en un paisaje de enorme interés medioambiental de encinares adehesados salpicados por los característicos afloramientos graníticos del batolito de Los Pedroches.
El retraso en la construcción de la red secundaria de La Colada (las tuberías hasta los pueblos de la zona) ha impedido que el embalse cumpla su misión y el agua descansa en el cauce del Guadamatilla sin otra utilidad que la recreativa; además, el elevado nivel de los carbonos orgánicos convierte el agua en no apta para el consumo humano. Por todo ello, el embalse se encuentra por encima del 66% de su capacidad (La Breña, Puente Nuevo, Retortillo, Vadomojón y Bembézar están por debajo del 15% y Sierra Boyera técnicamente seco).
El embalse de La Colada presenta, por lo tanto, una de las mejores láminas para la navegación de la provincia de Córdoba y hasta la playa fluvial de El Viso trasladamos nuestros kayaks para participar en la quedada Kayak&Come de La Colada. Pudimos recorrer todo el pantano, desde la presa hasta donde la escasez del caudal hizo embarrancar nuestras embarcaciones en las arenas prácticamente descubiertas e invadidas por una profusa vegetación palustre.
Navegamos entre cormoranes, cigüeñas y anátidas (para disfrutar de las bandadas de grullas hay que esperar a la llegada del frío), bajo la mirada indolente de los galápagos que se soleaban al sol y escuchando los balidos de las ovejas merinas que se acercan hasta las orillas para recordarnos que, no hace tanto tiempo, los pastores conducían sus rebaños por estos caminos y coladas en busca de las verdes hierbas que alfombran las dehesas.
Hay algunas fotos de la travesía en este enlace.