TRAVESÍA DEL RÍO YEGUAS

El sábado, 3 de octubre, nos trasladamos hasta el pantano, entre Montoro y Marmolejo, que embalsa el agua del río Yeguas.
Aunque el vaso estaba al 28% de su capacidad, el embalse de Yeguas muestra un paisaje espléndido: olivos, encinas y pinos coronando los cerros que recorren los ciervos; cigüeñas, rapaces y un cauce que se va estrechando a medida que se interna en la sierra.

A causa del bajo nivel del pantano, nos echamos en un lugar que el GPS supone inundado. No pudimos navegar por los arroyos Mosquil y Tamujoso (porque no tienen suficiente agua), y nos decidimos por subir río Yeguas arriba.

Diez piraguas (tres de ellas, K2) se pusieron en marcha poco después del mediodía. Las aguas cristalinas que muestran un gran número de árboles sumergidos nos fueron conduciendo hasta el reino del venado. A mitad de la ruta, hicimos una pequeña pausa para reponer fuerzas.

Reemprendimos el camino con la idea de encontrar las colas del Yeguas. De fondo, el bronco bramar de la berrea retumbaba en la serranía, al tiempo que las cigüeñas sobrevolaban las aguas en busca del almuerzo.
No más de diez kilómetros nos dejó subir el escaso caudal, obligándonos a volver proas hacia la presa.

Casi cuatro horas de paleo (descansos aparte) nos llevó recorrer los veinte kilómetros de la ida y la vuelta.
Fue un gran día de piragua, que puedes recrear viendo estas fotos.

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