Guadiato, el río que se convirtió en mar

A pesar de la preocupante escasez de precipitaciones, el pantano de La Breña sigue creciendo y sus aguas inundan, cada vez más, las que fueron orillas del río Guadiato. 735 hectómetros cúbicos embalsados (casi el 80% de su capacidad) que han cambiado por completo la fisonomía del territorio: los cerros y altozanos se han transformado en islas, las vaguadas, arroyos y torrenteras permanecen permanentemente inundados, y de las recién estrenadas riberas se elevan fantasmales caminos, cercas y cortafuegos.

También hay que adentrarse cada vez más para encontrar las colas del Guadiato. Es ahora un río detenido, de aguas remansadas y profundas, invadido por motoras (muchas de ellas arrastrando a esquiadores) y pequeños yates. Un río ancho y encajonado a la medida de los windsurfistas, salpicado de pantalanes y amarres privados, boyas, balizas y hasta trampolines para saltos.

Aún así, nos dispusimos a recorrerlo. Embarcamos prácticamente en la desembocadura y nada más emprender el remonte advertimos que el viento podía dificultarnos el regreso. Exploramos las orillas y navegamos sobre los bosques anegados hasta que el agua empezó a rizarse y a invitarnos a dirigir las proas hacia el punto de partida.

En cualquier caso, mereció la pena.

Para ver todas las fotografías sigue este enlace.

Esta entrada ha sido publicada en Actividades del club y etiquetada como , , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

One Response to Guadiato, el río que se convirtió en mar

Responder a Rafael Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.